viernes, 5 de marzo de 2010

Terremoto en Chile y en Los Ángeles

Hoy me conmuevo al ver el devastador panorama en la ciudad de Los Angeles, en donde muchas personas han perdido sus casas y lugares donde habitaban hasta el día del terremoro.
Empatizo con el dolor de cada uno de los afectados por las pérdidas humanas y materiales.
Doy gracias a Dios por las bendiciones recibidas, por tener vida y tal vez por sentir que dentro de lo malo no estamos tan mal. Por permitir que a través de éste drástico cambio involuntario se abran nuevas y mejores posibilidades para todos y cada uno de nosotros. Y, la oportunidad de resurgir como un ave fenix e imitar a nuestros ascendientes y a grandes naciones que han sabido caminar hacia un nuevo futuro frente al cambio impuesto por la madre naturaleza.

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